lunes, 14 de julio de 2014

Parto, bonita palabra

El parto, cómo definir esta palabra... Para unas bonito, para otras trágico, indiferente...

Para mi el parto en sí fué bastante desagradable, lo superé sí pero todavía no se muy bien a qué precio; sé que puede parecer tonto al fin y al cabo madre e hija "están sanas que es lo que importa", maldita frase.

Pasé un embarazo un tanto peculiar superando rachas personales que no favorecían nada al disfrute de este estado tan bonito, convivía con una ansiedad diaria pero lo sobrellevaba. Cuando llegó el día, no tenía ansiedad, ni preocupación, ni sí quiera tenía miedo!, supe que era el momento y tras pasar una noche sentada en la pelota gigante practicando movimientos rotatorios de caderas, para llevar las contracciones de la mejor forma, nos decidimos ir al hospital.

Nada más entrar, la matrona de turno se adelantó al decirme "pero tu cuantos años tienes, no tienes cara de estar de parto" debí caerla bastante mal porque me mandó tumbar en una camilla para ponerme monitores y dejarme allí olvidada una media hora, llegaba el cambio de turno.
Cuando la siguiente matrona me exploró estaba de 9 cm, ya era la hora;
Claro aguantando tumbada todo lo que podía como una campeona, ya no tenía fuerza de aguantar el último reto.

Primera norma: No dejes que te tumben

Evidentemente a la pregunta: vas a querer epidural? La respuesta fue más que rotunda, quizás en ese momento un consejo profesional hubiese llegado a tiempo, pero no hubo molestia alguna por hacerme saber que yo podría y que iban a estar conmigo.
Sí es cierto que yo me había informado algo, pero no lo suficiente al fin y al cabo era algo que no me llegaba a preocupar tanto, todas las mujeres parían yo no iba a ser menos.
Me tenía que haber informado muchísimo más de lo que estaba, cosa que hice después cuando ya no
podía cambiar nada. El primer error que cometí fue informarme en cosas relacionas a la llegada del bebé, cuidados, Cosas que no me sirvieron de nada, porque fue ahí ya cuando mi yo interior salió en busca y captura de mi vida, de mi instinto.

Segunda norma: infórmate bien sobre el parto y hazte respetar 

Ya relajada, con mi buen chute de epidural me quedé dormida en el paritorio, allí los dos solos sin saber nada más.
Lo que me habían dicho que iba a ser rápido se estaba convirtiendo en algo eterno, con las ganas que tenía de abrazarla!, con lo bien que iba todo!.
Es cierto que ese pinchazo fue un gran alivio para mi, pero también que retrasó todo el proceso y desde que me lo pusieron hasta que por fin vi la cara a mi pequeña pasaron unas 13 horas, las peores horas de mi vida.
Tenía ganas de empujar,  pero quizás no tenía que hacerlo, estábamos solos, sin explicaciones, sin consejos, sin expertos.
Al rato pasaron a verme, menos mal podía empujar cuando tuviese ganas, "sí necesitas algo llama al botón rojo"; yo no conseguía nada, estaba cansada, tenía ganas de empujar pero no sabía exactamente cuando; la epidural hace que no coordines el empujón con la contracción.
Me preguntaba sí mi niña estaría bien, a la vez que sabía que mis padres estarían preocupados, así que a la siguiente visita de una matrona se me ocurrió decir: hacerme una cesárea ya o algo ya no puedo más!; enseguida apareció una cuadrilla, la ginecóloga dijo venga que tu puedes!, ya no sabía sí reírme o llorar, después de un día entero esperando la llegada.
Quizás influía el tamaño que mi pequeña tenía respecto al mío, la ginecóloga no lo pensó dos veces, una enfermera me sujetaba y otra me clavaba los codos, esto recibe el nombre de maniobra de Kristeller.
Te ánimo a informarte sobre ella, está prohibida en muchos países por los daños que puede causar a madre y bebé.
En El parto es nuestro defienden que la mujer sea informada y que entre todas podamos erradicar este tipo de maniobras que no llegan a ningún buen fín, la de cosas que me hubiese podido evitar.
Ya no me importaba nada, estaba ahí. Unos ojos enormes me miraban muy de cerca, buscaba con su pequeña boca y lo encontró, nuestra primera toma de contacto estaba totalmente superada y ahí ya no necesitaba ayuda de nadie, la compañía de su papá y la tranquilidad de verla sana, me acompañaban para dejar fluir la naturaleza.

Tercera norma: no dejéis que os separen al nacer.

En cuanto a la recuperación, con fuerza, ayuda y ganas de compartir una vida juntos, pasaron los días y los meses, iniciandonos en el camino de la lactancia, que anteriormente publique en otro post sobre la misma.
http://mylittleleyend.blogspot.com.es/2014/07/la-lactancia-no-es-siempre-color-de-rosa.html?m=1

Cuarta norma: controla las visitas 

Aunque normalmente se hacen con toda la buena fé, las visitas a veces resultan agotadoras tanto para madre como para el recién nacido; ambos necesitan conectar en la intimidad, descansar, conocerse ... Que las visitas sean respetuosas y siempre que tu lo consideres.

Sí estas a punto de parir y quieres informarte antes de encontrarte en una situación desconocida, y saber más para poder decidir con conocimiento, te dejo este link sobre el parto es nuestro:
http://www.elpartoesnuestro.es
Dese donde puedes acceder también a su blog.

Sabes la labor que hacen las DOULAS?
Lamentablemente yo no lo supe a tiempo, pero es una de las cosas que me apunto en nota mental importante: Pon una Doula en tu vida!
Las Doulas, son mujeres, en su mayoría madres que acompañan a la mujer durante embarazo, parto y post parto, conozco una muy de cerca y es una maravilla! Una persona excepcional, con mucha experiencia que gracias a ella se todo lo que se ahora, una pena no habernos conocido antes!
Sí te apetece saber más sobre esta bonita labor, puedes entrar en http://www.doulas.es

Y sí ya lo conoces o decides conocer una de cerca, Macarena Díaz estará dispuesta a ayudarte.


Está es la historia de mi parto, y la tuya, Te ánimas a contárnosla? 
Sí aún estas esperando que llegue el momento, espero servirte de ayuda. 
A veces una situación se presenta y no puedes hacer nada para evitarla, como es el caso de muchas cesáreas, pero en otros casos como el mío y similares sí.
 Infórmate sobre el parto, ten claro lo que quieres y lo que no y sobretodo recuerda que la manera de venir al mundo es un factor importante en la vida de tu hijo y también en la tuya.


My little leyend.






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